Hace poco tuve la suerte de disfrutar con mi pareja un viaje a Suecia, es la primera vez en mi vida en la que la calidad de vida me parece algo palpable, todo está pensado para la comodidad del ciudadano con la mayor armonía y respeto al medio ambiente. Bueno, para ser franco estuvimos en Stockholm, así que no conozco toda Suecia, pero me hago una idea de lo que debe ser puesto que los familiares con los que estuvimos nos explicaron bastantes cosas sobre la cultura, costumbres y gobierno de este magnífico país.
Un país que ha sido bastante Socialista siempre, pero socialista de verdad, no como los que nos han gobernado durante tantos años, y eso que son una Monarquía Democrática como España. Me he encontrado con gente abierta de mente, un país en el que el respeto a los niños, mayores y naturaleza prevalecen sobre cualquier interés individual, tienen un control económico estricto, grandes facilidades para emprender, un código ético impresionante y mucha cultura. Es cierto que pagan más impuestos, pero los servicios al ciudadano son ejemplares, no como en nuestra querida España en la que cada vez nos fríen más a impuestos y cada vez nos dan menos a cambio, porque no se trata de hacer un socialismo como el cubano, se trata de conseguir que todo el mundo tenga acceso a la cultura, sanidad, estudios y trabajo con un mínimo de calidad. Este mínimo de calidad está a Años Luz del nuestro. Los niños son bilingües Sueco-Inglés desde el Jardín de Infancia, las empresas se adaptan a las necesidades de sus trabajadores y todo parece funcionar con una perfección que a veces te hace pensar si no será “de mentira” lo que estás viendo. Me contaron que cuando un político abusa de su cargo lo publican en todos los periódicos y por supuesto le cesan de inmediato, cuanto más importante el personaje, más caña le dan por lo visto. Allí son impensables cosas como que alguien que no tiene trabajo conocido e impuestos pagados conduzca un Ferrari, y si lo hace ya puede tener por seguro que le van a investigar porque “algo apesta”.
La forma de vida es eminentemente práctica, las casas están distribuidas pensando en el confort y ahorro energético, y en cuanto a la belleza de la ciudad me quedo sin palabras, nunca he visto un cielo más azul (aunque llueva bastante), unos campos tan verdes y una arquitectura tan respetuosa, siempre ves un trozo de cielo y horizonte suficientemente grande para no sentir que estás encerrado, la sensación es de libertad y expansión. Los museos son muy completos e interesantes, la naturaleza cogiendo un tren está a un paso y el transporte público simplemente perfecto, puntual y completísimo (el metro el fin de semana abre 24 horas y hay autobuses nocturnos) puesto que donde no llega el Metro cerca, llega el tranvía, autobuses o tren.
La gente siempre es amable y a pesar de ser hora punta o estar en el centro de la ciudad con bastante personal por la calle, nunca se les ve agobiados o hacer un mal gesto. En cuanto a los precios de las cosas, más o menos como España, esto me sorprendió puesto que pensaba que sería bastante más cara.
En definitiva, os recomiendo su visita y esperemos que se nos contagie algo por estas latitudes en vez de «hacernos el sueco».
Un saludo!,
elduende.