Archivo de la categoría: Sin categoría

Va a ser inevitable…

¿Que hacer cuando apalean a tus hijos aún adolescentes aquellos que juraron servirles y protegerles sin pensar que están destrozando aquello que juraron defender?.

¿Que hacer cuando las decisiones del poder y las necesidades de la sociedad están tan distantes?.

¿Que hacer cuando la mayoría ve como una minoría pisotea continuamente sus derechos?.

¿Que va a ocurrir cuando se unan los apartados e ignorados?, ¿cuando se acaben las migajas que les están dando para aplazar la confrontación?.

Que triste, que dolor se va a causar, cuanta irresponsabilidad de aquellos en los que se depositó la confianza.

Va a ser inevitable, al final creo que va a ser inevitable…y no quiero verlo.

elduende.

Las cosas importantes

Me he dado cuenta que a mi google reader le alimentan fuentes de noticias absolutamente profundas e importantes, supongo que no soy el único al que le ocurre. En estos días más que nunca debido al CES en Las Vegas, tengo noticias diarias de nuevos gadgets y futurología variada de hacia donde va la electrónica de consumo. Por otro lado tengo fuentes de noticias que me hablan de SOPA y el apagón programado que se avecina sobre el 18 de Enero debido a que nuestros gobiernos se cagan en los pantalones sólo de pensar en una Internet libre. Unas pocas más me hablan de la pesadilla diaria sobre la economía que sufrimos “todos” y las aberraciones a las que nos están sometiendo económicamente hablando y otras que son simple y puro entretenimiento.

Son tan importantes que hacen que mi mente se distraiga y no vea otras noticias peregrinas y carentes de información como estas:

Rinoceronte de Java

Rinoceronte Negro

Crías de foca que mueren ahogadas (ya no hace falta apalearlas).

Oso Polar tiene que recurrir al Canibalismo

Índice de miseria en España

Los fascistas montan su chiringuito en Roma

Estas noticias (y miles como estas) que seguramente no son más que puro relleno y poco importantes he decidido eliminarlas para que no me distraigan de lo importante de verdad:

  1. Que quien sea tenga un puto tablet en los morros de cuanta más resolución mejor.

  2. Que los países ricos puedan pagar su deuda.

  3. Que fulanita se ha casado con 100 y pico años y su marido toma viagra.

  4. Que en el partido de fútbol de tal contra cual, menganito no metió un puto gol y además es un fascista o un rojo o vete a saber que gilipollez importantísima…

  5. Que un señorito se compró trajes a cargo del estado que supuestamente somos todos mientras nos quedamos con cara de gilipollas.

Tengo tan claro lo que me interesa que voy a intentar no enterarme de lo que el 99% vive a diario y sólo voy a consumir la información y productos que el 1% de la población me recomienda.

CONCLUSIÓN:  A los hijos de mis amigos que les den por culo que después de mi puede venir “EL DILUVIO”.

<ironic mode off>

Lo triste de todo esto es que hemos perdido el valor real de las cosas, tomar café con un amigo y tener una conversación agradable es un lujo, estar sano también, poder ser útil, tener empatía, que alguien te ame y amar, respetar a los animales que este mundo nos ha regalado (muchos están aquí miles de años antes que nosotros). Esta es la herencia que deberíamos dejar, la de las cosas importantes de verdad.

Pasamos por encima de lujos que ya no disfrutamos en su justa medida porque nos saturan de miedos, de supuestos problemas que a nadie importan y de productos de mierda que no necesitamos.

Mientras tanto dejamos de hacer dos cosas:

  1. ALEGRARNOS Y DISFRUTAR DE LOS MOMENTOS IMPORTANTES.

  2. PREOCUPARNOS POR LO IMPORTANTE DE VERDAD.

Claro que a lo mejor no son dos cosas, a lo mejor es la misma cosa…¿no crees?.

Saludos,

elduende.

Necronomicon…

-”Pero la realidad se niega a tolerar a los soñadores románticos: parece complacerse en zarandearlos hasta que sus dientes rechinan. Y esto es el motivo que el rechazo que del mundo del romántico se convierta en un furioso resentimiento.

Sospecho que algunos de los románticos del siglo XIX se suicidaron a causa del resentimiento, de un deseo de «devolver a Dios su tiquet de entrada». Pero el rechazo de Lovecraft nunca fue tan sano como el de Nietzsche o Dostoievski.” –